Crónica de un día inolvidable en la Fuente del Carretero
El pasado sábado 10 de mayo vivimos una jornada de voluntariado ambiental que difícilmente olvidaremos. En el collado de Hinojosa, rodeados de naturaleza y aire limpio, un grupo diverso de personas se unió para devolverle la vida a la Fuente del Carretero, un manantial tradicional que llevaba años silenciado por el abandono. Esta fuente, con tanto valor ecológico como cultural, está llamada a convertirse en un refugio clave para anfibios y otros animales silvestres.
La actividad comenzó puntual, a las 10:30 h, en el aparcamiento de El Piélago, donde se respiraba ilusión y compañerismo desde el primer momento. Nos esperaba una tarea ambiciosa: reconstruir el dintel y el techo de la fuente, ahondar el pozo —que estaba totalmente colmatado— y crear un estanque auxiliar para grandes mamíferos, como ciervos, vacas y corzos. Todo ello con el objetivo de evitar daños en la estructura principal y favorecer la coexistencia entre biodiversidad y usos tradicionales del entorno.
Lo más emocionante del día fue ver cómo generaciones distintas trabajaban codo con codo. Personas con décadas de experiencia en conservación compartían anécdotas y saberes con jóvenes recién llegados a Esparvel. Entre risas, herramientas, piedras y barro, tejimos un puente entre pasado, presente y futuro. Un relevo generacional que no solo se da, sino que se fortalece con cada jornada como esta.
Más allá de la acción ecológica, fue un día de comunidad. Compartimos bocadillos, historias, miradas de orgullo y cansancio bien merecido. Y nos fuimos con la sensación clara de que entre todas y todos estamos haciendo algo importante.
Desde Esparvel queremos agradecer de corazón a quienes vinisteis, a quienes preguntasteis, a quienes compartisteis esta experiencia. Restaurar la Fuente del Carretero ha sido solo el principio. Seguiremos trabajando por conectar a las personas con la naturaleza, una fuente, un árbol, una charca a la vez.
Gracias por ser parte del cambio.
Nos vemos en la próxima.
