El pasado 11 de mayo celebramos el Día Mundial de las Aves Migratorias con una ruta guiada por los campos del entorno de Villacañas. La actividad comenzó a las 9:30 h desde el aparcamiento de la estación de Renfe de Villacañas. Desde allí, nos desplazamos en vehículos particulares, agrupándonos para recorrer caminos rurales en buen estado, perfectamente aptos para turismos.
La jornada resultó todo un éxito, tanto en participación como en avistamientos. Pudimos disfrutar de un amplio repertorio de aves esteparias en plena actividad. A lo largo de la mañana, observamos numerosas avutardas —una de las especies más emblemáticas del paisaje agrario ibérico—, dos sisones, un joven ejemplar de águila imperial, varios cernícalos primilla, cogujadas, calandrias, abejarucos, perdices, así como un buitre leonado, un buitre negro y varios ratoneros. Un auténtico espectáculo ornitológico que reafirmó el valor ecológico de estos espacios abiertos.
Este año, la ruta quiso centrarse especialmente en la conservación de las aves esteparias, muchas de las cuales protagonizan fascinantes migraciones y, al mismo tiempo, se enfrentan a amenazas cada vez más graves. El sisón común (Tetrax tetrax), por ejemplo, presenta patrones migratorios muy diversos, incluyendo migraciones completas entre España y Francia. Durante el invierno, la Meseta Sur —y en particular Toledo— acoge a numerosos ejemplares, tanto residentes como migradores.
El cernícalo primilla (Falco naumanni), por su parte, es una pequeña rapaz migradora que cría en colonias, como la de la Hoya de Linares en Villacañas, gestionada por Esparvel. Cada año, estos halcones cruzan el desierto del Sahara para invernar en el África subsahariana, recorriendo más de 3.000 km hasta países como Mali, Mauritania o Senegal. Su regreso a la península Ibérica marca uno de los hitos más espectaculares de la migración de aves en Europa.
Durante la actividad, también reflexionamos sobre las múltiples amenazas que afectan a estas especies: la transformación intensiva del medio rural, el uso de agroquímicos, la pérdida de barbechos, la expansión de cultivos leñosos, los proyectos fotovoltaicos en zonas sensibles, la desaparición de edificios tradicionales o los tendidos eléctricos. Todos estos factores están fragmentando y degradando el hábitat estepario, comprometiendo su biodiversidad y su equilibrio.
Desde Esparvel, quisimos aprovechar esta efeméride para subrayar que el futuro de las aves esteparias depende de la implicación de todos: agricultores, administraciones, investigadores y ciudadanía. Proteger sus hábitats, promover prácticas agrarias sostenibles y conservar los espacios tradicionales de cría no es solo una necesidad ecológica, sino también un deber ético hacia nuestro patrimonio natural.
Gracias a todas las personas que participaron en esta jornada por su interés, compromiso y respeto hacia la naturaleza. Seguiremos trabajando, como siempre, para que las avutardas, sisones, cernícalos primilla y tantas otras especies sigan cruzando los cielos de Toledo cada primavera y otoño.