A un mes de las elecciones, la Agrupación Naturalista Esparvel quiere recordar a los políticos y encargados de regir los destinos de nuestras ciudades, pueblos y del conjunto de la región que estamos en un momento muy importante. Nos gustaría que en sus proyectos electorales el Medio Ambiente ocupara el lugar que merece y que en sus propuestas se reflejen de manera clara y concisa qué piensan hacer a este respecto.
En la región, consideramos que no existe control urbanístico a la vista de la proliferación desmesurada e insostenible de proyectos de urbanización, especulación urbanística, infraestructuras de obras públicas o privadas, recalificación de miles de hectáreas de terrenos rústicos o planes urbanísticos con campos de golf anexos y miles de viviendas (como ejemplo: en Illescas y Bargas en Toledo, en Albacete, en Puertollano, en Manzanares, Canturias en Belvis de la Jara, Torre Grande en Almansa, Reino de Don Quijote en Ciudad Real o Las Pachecas en Argamasilla de Alba) . Este es el modelo que Castilla-La Mancha está adoptando en estos últimos años, modelo que no solo es insostenible medio ambientalmente sino además insolidario, ya que la Constitución recoge “los ciudadanos tienen el derecho a una vivienda digna y adecuada, Y los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y establecer normas pertinentes, como es la regulación del suelo de acuerdo con el interés general e impedir la especulación del mismo y así hacer efectivo este derecho ”.
La actuación de las Consejerías de Medio ambiente y Desarrollo Rural y la de Urbanismo y Vivienda es deficiente en lo que a velar por la adecuada planificación del territorio respecta. Los planes urbanísticos se presentan y se aprueban como mero trámite, sin rigor ni una correcta evaluación de los impactos que tales proyectos ocasionan sobre el entorno natural.
Desde ESPARVEL nos gustaría también conocer las propuestas de los partidos en la oposición, si reservan para Castilla-La Mancha el modelo de Ley del Suelo que se está imponiendo en Castilla León, Baleares y Murcia, donde los Parques Naturales están cercados por el ladrillo y se han desprotegido por ley, sin justificación alguna, ni exposición pública, decenas de miles de hectáreas de Espacios Naturales con alto valor ambiental para recalificarlos y ser urbanizados.
Pero también esta añadido el problema del agua, por un lado se pide la clausura del trasvase Tajo – Segura y por otro se reclama la construcción de otro trasvase que lleve el agua del Tajo a la llanura manchega para abastecer proyectos especulativos, complejos residenciales y campos de golf, todos ellos despilfarradores de agua que no responden a las necesidades de los ciudadanos sino a intereses y afanes especulativos. Parece que para nuestros gobernantes una cosa es predicar y otra bien distinta dar trigo.
Además se obstaculiza el cierre de multitud de pozos ilegales o se conceden licencias y transformaciones de campos de secano en regadío sin pensar en el futuro, que entre otros factores están agotando el acuífero 23, en la cuenca alta del Guadiana. Se está confundiendo a los ciudadanos con el agua que tan insistentemente se pide por Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía y ahora también por Castilla-La Mancha. Nos quieren hacer creer que para beber, pero sabemos que en un lugar y en otro no es tal su destino.
Estos son desde nuestro punto de vista los grandes problemas que ponen en entredicho un futuro positivo para el medio natural de nuestra región. Pero no son los únicos, pues no olvidamos otros muchos males que acechan a la naturaleza desde hace años: como la utilización de venenos en los cotos de caza que acaban con especies protegidas; la electrocución de aves por no aislar debidamente los tendidos eléctricos; la destrucción y aislamiento de hábitats naturales por el paso de carreteras en espacios protegidos que condenan a la endogamia primero y la extinción después o morir en atropellos a especies como el lince ibérico; ubicación de parques eólicos o graveras en lugares que por su riqueza y biodiversidad no son los indicados y deberían estar protegidos; tratamiento de residuos sólidos urbanos que aún dejan mucho que desear; incumplimientos de normativas como recuperación de espacios al producirse sellados de vertederos o cierre de graveras; industrias que vierten residuos no permitidos sin depurar a lugares prohibidos y que, en muchos casos las denuncias de los agentes ambientales sobre estas actuaciones ‘misteriosamente’ se archivan hasta prescribir, etc, etc, etc…
Ante estos problemas y otros muchos que padecemos todos a diario, pedimos a los políticos y posibles futuros rectores regionales, provinciales y municipales que tomen medidas para su solución. Ni el crecimiento económico de Castilla–La Mancha ningún otro lugar debe producirse a costa del Medio Ambiente, la deshumanización y la pérdida de la calidad de vida por la destrucción del entorno.
Castilla-La Mancha y sus pueblos deben crecer sostenida y sosteniblemente, en todos los aspectos, urbanística, social y ambientalmente. De lo contrario, el llamado desarrollo no será tal.