Esparvel ha presentado ante el Ayuntamiento de Seseña más de 2.700 firmas y alegaciones ciudadanas en contra de la construcción de la planta de asfalto proyectada en el municipio. Esta acción refleja el contundente rechazo de la comunidad local ante una instalación que supone un grave riesgo para la salud pública y el medio ambiente.
El Ayuntamiento de Seseña ha anunciado que no permitirá la construcción de la planta de aglomerados asfálticos en la parcela donde estaba prevista, pero todavía no está revocada la licencia, y el Alcalde ha declarado que está a la espera de informes y buscando otra ubicación, debido a la presión vecinal.
La oposición a la planta se fundamenta en razones legales y científicas. En primer lugar, el proyecto vulnera el Artículo VII.3.1.9.2 del Plan de Ordenación Municipal (POM), que en el caso del uso “actividades industriales y productivas de nueva implantación” o no recogidas por el POM como instalaciones en suelo rústico, deberá acreditarse que su normativa reguladora exige su alejamiento de núcleo de población, y que no existe suelo específicamente calificado para uso industrial que pudiera albergarlas. Dado que ya existe una planta de asfaltos en Seseña y que hay terreno industrial disponible, no se justifica la implantación de esta actividad en suelo agrícola a menos de 600 metros del casco urbano, lo que refuerza su incompatibilidad con la normativa vigente.
El acceso a la planta de aglomerados asfálticos por el ramal del Cordel de Merinas incumpliría múltiples disposiciones de la Ley 9/2003, de Vías Pecuarias de Castilla La Mancha, que restringen la circulación de vehículos en las vías pecuarias. El Artículo 31 solo permite el tránsito de vehículos agrícolas o forestales, exclusivamente para la explotación de fincas agrarias colindantes y previa autorización. La circulación de vehículos industriales o de transporte de mercancías no se encuentra contemplada en la Ley 9/2003, por lo que está prohibida.
Desde el punto de vista de la salud pública, la proximidad de la planta a menos de un kilómetro del núcleo urbano y de diversas instalaciones educativas y deportivas aumenta la preocupación ciudadana. La producción anual de la planta supondría la emisión de compuestos volátiles altamente contaminantes, como benceno y formaldehído, conocidos por sus efectos nocivos sobre la salud respiratoria. Además, la generación de polvo en suspensión a partir del procesamiento de los áridos y el fresado de asfalto reciclado representaría un riesgo significativo, especialmente para poblaciones vulnerables como niños, ancianos y personas con afecciones respiratorias preexistentes.
La presentación de más de 2.700 firmas y alegaciones por parte de la ciudadanía refleja una oposición mayoritaria al proyecto. Tanto la Agrupación Naturalista Esparvel como la plataforma vecinal insisten en la necesidad de que las administraciones escuchen esta demanda social y adopten medidas para garantizar la protección del entorno y la calidad de vida en Seseña. El llamamiento se dirige tanto al Ayuntamiento como a la Junta de Castilla-La Mancha, instando a que se priorice la salud de los ciudadanos y el respeto a la normativa urbanística y medioambiental sobre los intereses industriales.