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Ruta de los Tejos Milenarios y Plaza de las Moradas

abril 27, 2025

El pasado domingo, 18 de mayo, el grupo de Senderismo Joven de Esparvel ha vivido una jornada inolvidable recorriendo la Ruta de los Tejos Milenarios y la Plaza de las Moradas, en pleno corazón de los Montes de Toledo.

Salimos temprano, a las 8:00 h, desde Talavera de la Reina con dirección a Navaltoril, un pequeño y encantador núcleo en la sierra que guarda auténticos tesoros naturales y geológicos. El día no podía haber sido más propicio: una jornada primaveral espléndida, con cielos limpios, temperatura suave y un paisaje en todo su esplendor.

Caminando entre pedrizas y robledales

Tras llegar a Navaltoril, nos adentramos en la senda que atraviesa las famosas pedrizas de la zona. Estas formaciones rocosas, cubiertas de un espeso musgo verde, parecían salidas de un cuento. Los robles jóvenes, recién vestidos con su follaje primaveral, nos acompañaron con su sombra y frescor. La biodiversidad de este entorno nos dejó impresionados: aves, insectos, y el murmullo constante del bosque fueron parte del encanto.

El encuentro con los tejos milenarios

Uno de los momentos más emocionantes fue, sin duda, la llegada al pequeño bosquete donde se alzan los tejos milenarios. Estos árboles, de troncos retorcidos y cortezas agrietadas, parecen guardianes del tiempo. Nos detuvimos largo rato a su sombra y tomamos fotos en grupo.

El tejo (Taxus baccata) es una especie relicta que ha sobrevivido desde épocas muy antiguas, pero que hoy está en peligro de extinción en los Montes de Toledo, debido a la pérdida de hábitats y a su lenta tasa de regeneración. Verlos en pie, tan majestuosos, nos llenó de respeto y admiración. Son árboles de crecimiento lento y longevidad impresionante, que pueden vivir más de mil años, como algunos de los ejemplares que visitamos hoy.

Una cumbre con historia… ¡prehistórica!

Alcanzamos la cumbre de la ruta, donde el paisaje cambió completamente. Allí nos encontramos con un rincón sorprendente: rastro fósiles en la roca, atribuidos a gusanos marinos del período Ordovícico, hace más de 450 millones de años.

Estos fósiles no son restos del cuerpo de los organismos, sino icnofósiles, es decir, marcas que dejaron al desplazarse o excavar en el fondo marino: galerías, madrigueras horizontales y estructuras tubulares recubiertas de mucus para evitar su colapso. Fue increíble imaginar que, en lo que hoy es una montaña de los Montes de Toledo, una vez existió un fondo marino repleto de vida.

La Plaza de las Moradas: testigo de tiempos antiguos

Finalmente, llegamos a la Plaza de las Moradas, un espacio singular dentro de Navaltoril, que junto a sus alrededores constituye una de las áreas más ricas en icnofósiles del Paleozoico en toda la península ibérica. Un verdadero tesoro geológico que nos recuerda la historia profunda y fascinante del suelo que pisamos.

Una jornada para recordar

El grupo disfrutó enormemente de cada momento: la compañía, el entorno natural, el conocimiento compartido y las emociones vividas. Reímos, aprendimos y, sobre todo, nos reconectamos con la naturaleza y con la historia milenaria que nos rodea.

Muy pronto habrá nuevas salidas del grupo Senderismo Joven de Esparvel, y esperamos contar de nuevo con todos vosotros para seguir explorando y valorando el patrimonio natural y geológico de nuestro entorno.

¡Hasta la próxima aventura!

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